No todo son malas noticias; hoy, gracias a las vacunas, tenemos una buena. El pasado 25 de agosto, la Comisión Regional Independiente de Certificación de África para la Erradicación de la Poliomielitis (ARCC por sus siglas en inglés) declaró al continente africano libre del virus de la polio.
Cuatro años sin un caso
No es una noticia menor. Para ello era necesario que por cuatro años consecutivos los 47 países de la Región Africana de la Organización Mundial de la Salud (OMS) no presentaran ningún caso.
El virus se transmite de un individuo a otro, principalmente vía fecal-oral o, con menor frecuencia, a través del agua o alimentos contaminados. Entra al cuerpo por la boca y se multiplica a nivel intestinal. Pese a que no existe cura para la poliomielitis, esta se puede prevenir mediante una simple y eficaz vacuna oral, protegiendo al niño de por vida.
Trabajo en equipo contra la polio
Esto no se hubiera logrado sin la colaboración activa de científicos, médicos, sociedad civil y, aunque usted no lo crea, políticos. En 1996, dentro del 32° período de sesiones de la Organización de la Unidad Africana celebrado en Yaundé (Camerún), los Jefes de Estado se comprometieron a erradicar la poliomielitis, enfermedad que paralizaba a 75,000 niños al año en dicho continente.
Ni tardo, ni perezoso, el expresidente sudafricano Nelson Mandela, hoy difunto, dio un impulso al compromiso de África con la erradicación de la poliomielitis al lanzar la campaña: “Kick Polio Out of Africa” (Sacar la poliomelitis de África). Para ello se alió con la organización sin fines de lucro Rotary International, que movilizó a las naciones a intensificar los esfuerzos con el fin de garantizar que todos los niños recibieran la vacuna contra la polio.
Pronto se unieron otras organizaciones, civiles y políticas, que apoyaron tanto económicamente como con recursos materiales y humanos a la Iniciativa Global para la Erradicación de la Polio (GPEI por sus siglas en inglés).
Las vacunas han salvado miles de vidas
Desde ese momento, y según los cálculos de la OMS, las actividades de erradicación evitaron que 1,8 millones de niños sufrieran parálisis permanente y salvó un aproximado de 180,000 vidas.
No ha sido fácil, ni barato
La GPEI ha invertido aproximadamente 19,000,000,000 de dólares en tres décadas y continuará invirtiendo hasta que se acabe en todo el mundo. Pakistán y Afganistán son los dos últimos focos, con 58 y 29 casos respectivamente.
Todo esto ha sido gracias a los patrocinadores, dentro de los que están, además de la organización Rotary International, el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, el Fondo para la Infancia de la ONU (UNICEF), la Alianza Global para la Vacunación (GAVI) y la Fundación Bill y Melinda Gates.
Vacunas contra conspiranoicos, ¿cuándo?
Estas últimas sumamente atacadas por los grupos antivacunas y conspiranóicos como Miguel Bosé, Robert F. Kennedy Jr. (nieto de John F. Kennedy) y nuestro orgullo nacional, Paty Navidad, entre otros. Mi pregunta sería, ¿qué proponen ellos para combatir enfermedades como la poliomielitis, la malaria o ahora el COVID-19?
Claro, tenemos algunos negacionistas de las enfermedades; pero en general, varios de ellos reconocen que la enfermedad existe y sólo alzan su voz con ideas desquiciadas como chips, o que la vacuna ocasionó muertes en la India, pero no se les oye ninguna propuesta. Lejos de aportar estorban a acciones como esta, en donde se ha evitado que millones de niños terminen con alguna discapacidad o, incluso, mueran.
A ellos se sumaron líderes religiosos y sociales de estos países y del norte de Nigeria, donde llegaron a asegurar que la inmunización era parte de un plan global de esterilización de los musulmanes (así pues, musulmanes y Estados Unidos se pusieron de acuerdo para este maléfico plan). Lo anterior hizo que algunas familias escondieran a sus hijos para evitar fueran vacunados.
Mártires contra la polio
Los voluntarios que recorrían los pueblos tuvieron que enfrentarse a grupos extremistas. El inicio de la sublevación de Boko Haram en el 2009 implico un retraso en el combate contra la polio porque muchos niños quedaron sin acceso a la vacuna. Una veintena de enfermeros y agentes de salud fallecieron víctimas de la violencia racial en los últimos años. Fue precisamente en Borno, epicentro de violencia yihadista, donde en el 2016 se registraron los últimos casos de polio, ¿casualidad? Definitivamente, no.
El cubrebocas, canijo barbijoNo dudo que la página de Facebook donde comparto mis publicaciones se va a llenar de comentarios conspiranóicos, negacionistas y antivacunas. Sucedió con el artículo sobre las vacunas rusas y con el de los cubrebocas. Pero no importa, no me cansaré de aplaudir cuando la sociedad civil, los grandes empresarios y los gobiernos trabajan en equipo, con la ciencia en el centro, en pro de la humanidad.