El pasado 6 de agosto amartizaba el robot Curiosity en el planeta rojo. Tras 7 minutos de angustia en donde se perdía comunicación con el robot y donde no había margen de error o se perderían los 2,500 millones de dólares invertidos en el proyecto, la Tierra recibía el mensaje “Estoy entero y a salvo en la superficie de Marte. Cráter Gale, aquí estoy” minutos después de ello, una de las primeras imágenes de esta misión, una fotografía en gran angular donde se aprecia la sombra del Curiosity sobre la superficie del cráter Gale.
La misión durará al menos dos años, a bordo el robot lleva un laboratorio
científico muy superior a la de sus antecesores, Spirit y Opportunity y es hasta tres veces más grande y dos veces más pesado que estos. Los datos nos llegan desde los satélites de la NASA Odyssey y MRO con ayuda de Mars Express.
La misión, detectar si existió vida, como la conocemos, en Marte. Para ello va equipado con diferentes dispositivos y es aquí donde como mexicanos nos debería brincar el orgullo, ya que un científico de nuestro país es responsable de uno de los estudios que se llevarán a cabo a través del robot.
Como miembro de la comunidad universitaria de la UNAM me siento aún más honrado al enterarme que el Dr. Rafael Navarro, del Instituto de ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México, es uno de los investigadores que están detrás de la misión. El cuestionó los datos obtenidos por las misiones Vikingo y los resultados de Phoenix, replicando estos experimento en los terrenos de Acatamba, Chile, donde las condiciones geológicas son similares a las del planeta, obteniendo resultados positivos.
Estas investigaciones publicadas en el Journal of Geophysical Research-Planets, atrajo la atención de la NASA para considerar la posibilidad de regresar al planeta rojo. El 26 de Noviembre del 2011 despegó de Cañaveral la misión que llevaría nuevas esperanzas de encontrar rastros de vida en Marte, recompensado así las investigaciones de Navarro.
Uno de sus principales objetivos es buscar materia orgánica, componente de todas las formas de vida conocidas y es aquí donde el Dr. Navarro cooperará, recibiendo la información durante los primeros tres meses en el laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, en Pasadena California. En Noviembre regresará a México, recibiendo datos sobre Marte para continuar el estudio que lidera en el Instituto de Investigaciones Nuclerares de la UNAM.
“Me siento muy emocionado. El proyecto se pospuso una vez, por problemas con las ruedas del robot, que tardaron tres meses en ser reparadas, y ocasionaron un retraso de dos años en el lanzamiento, pues es el tiempo que tarda Marte en darle la vuelta al Sol” comentó el científico.
Curosity no solo tratará de averiguar si hubo vida como en la tierra, sino además tratará de caracterizar el clima del planeta determinar su geología y prepararse para una posible exploración humana.
Este es sin duda uno de los proyectos más ambiciosos que ha presentado la NASA, no puedo atreverme a decir que será el proyecto del siglo, pero sin duda sin de al menos las tres primeras décadas del mismo, si tan solo pensamos que para lograr enviar el robot a la superficie marciana se ha trabajo por más de 10 años en ello.
Es por eso que debería ser motivo de orgullo nacional una noticia como esta, pero si bien no puedo decir que no lo he visto en la televisión y oído en el radio, la importancia y difusión que se le ha dado es por mucho, escueta en comparación al triunfo de la selección mexicana en las olimpiadas.
Tal vez sea más moderado que muchos compañeros que se dedican a la divulgación científica en cuanto a mis opiniones en los logros deportivos de nuestro país, creo que a todo le podemos encontrar el lado positivo, pero ojalá la ciencia y la educación recibieran un trato similar al que recibe, no el deporte en general, sino el futbol el México, pues sin duda son más los triunfos y mejoras que podríamos lograr y los cambios serán permanentes, no como la medalla que con el tiempo quedará en los anaqueles de la historia.
¿Quién habla de las medallas de oro y bronce obtenidas por mexicanos en las olimpiadas internacionales de Matemáticas y Química respectivamente? ¿Cuánta difusión se le da a los logros académicos y reconocimientos de nuestros científicos? Sin lugar a dudas el deporte es importante, no es en vano la frase de “Mens sana in corpore sano” (Mente sana en cuerpo sano) (Sátira X. Juvenal), pero no podemos dejar atrás el entrenamiento de la mente, como ya mencionaba yo en «El Ocio de la Ciencia» el pasado 09 de mayo.