Hace 5 días que no revisaba mi cuenta de Google Reader, en ese corto tiempo, el contador de la pestaña de Hemeroteca, a donde me llegan las últimas actualizaciones en torno a artículos exclusivamente médicos y previemante pasados por un filtro para que lleguen los artículos con mayor interés para mí (no siempre perfecto), contabilizaba ya más de 1,000. Eso sin contar la pestaña Ciencia y la pestaña Medicina (a donde llegan noticias relacionadas con Medicina, no forzosamente artículos científicos).
Definitivamente pensé en la gran cantidad de material que se produce a nivel mundial entorno a la Ciencia y en particular a la Medicina a la cual estoy por obvias razones más allegado. Lo sé, me dirán muchos, que un gran porcentaje de esos artículos son inservibles, mal realizados, mal redactados o inclusive y lamentablemente tendenciosos, es cierto. Pero eso no quita que los conocimientos científicos continúen multiplicándose, que cada vez sea más difícil mantenerse 100% actualizado y mucho más precisamente, por la gran cantidad de «basura» que sale a la luz.
Lo anterior me llevó a algunas reflexiones:
- En primer lugar, pocos, por no decir ninguno de los programas curriculares que conozco de Medicina incluyen lectura de textos científicos. Así es que cuando un médico toma una revista por lo general se queda con el título (el cual en los tendenciosos puede tener un gancho mercadotécnico) y cuando mucho el resumen. En una segunda clase tenemos aquellos que leen un poco más, por lo general se quedan con la introducción y brincan automáticamente a las conclusiones. Más raro es aquél que lee de principio a fin el artículo y de esta especie aún más especial aquel que puso mucha atención y comprendió la metodología y realizó un análisis concienzudo de los datos. A esto hay que puntualizar una situación aún más triste, es muy raro aquél que por decisión propia toma al menos una revista y lee los títulos.
- De la mano de lo anterior, las instituciones de nuestro país, no se preocupan por incentivar a sus empleados, de cualquier rama, a mantenerse actualizados, no hay o es muy difícil obtener un permiso para continuar preparándose, ya sea para asistir a un pequeño curso, a un estudio de posgrado, a un congreso o simplemente acudir a una conferencia. Quien lo consigue, muchas veces se enfrentará a mil y un trabas para hacerlo y posteriormente para mantenerlo, todo en forma de superación personal, porque salarial no hay. Esto sucede tanto en el medio público como en el privado.
- La inversión en Educación y en Ciencia es muy bajo, ya lo comentaba yo en alguna ocasión en mi blog personal. Los gobiernos de América Latina pareciese que no entienden que invertir en Ciencia y Tecnología, así como en Educación se verá reflejado positivamente en el P.I.B. de sus países, resultando ser de las mejores inversiones que un estado pueda hacer. Pero no solo yo, ya Óscar Arias, premio Nobel de la Paz 1987 y dos veces presidente de Costa Rica, cuando en la Cumbre de Las Américas 2009, en Trinidad y Tobago dio un discurso de donde extraigo:
¿Qué hicimos mal? …. No puedo enumerar todas las cosas que hemos hecho mal.
Para comenzar, tenemos una escolaridad de 7 años. Esa es la escolaridad promedio de América Latina y no es el caso de la mayoría de los países asiáticos.
Ciertamente no es el caso de países como Estados Unidos y Canadá, con la mejor educación del mundo, similar a la de los europeos.
De cada 10 estudiantes que ingresan a la secundaria en América Latina, en algunos países solo uno termina esa secundaria.
Hay países que tienen una mortalidad infantil de 50 niños por cada mil, cuando el promedio en los países asiáticos más avanzados es de 8, 9 ó 10.
El porcentaje de PIB dedicado a I+D en América Latina es de pocomás del 0,5%14. La reciente Reunión de Ministros y Altas Autoridades de Ciencia y Tecnología de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, realizada en Madrid en septiembre de 2003, puso como meta que cada país alcance el 1% del PIB. En la Unión Europea, en cambio, el porcentaje alcanza el 1,9% del PIB (y se ha fijado como meta global alcanzar el 3%)15, en Estados Unidos alcanza el 2,7% y el 3% en Japón.Fuente: Piñón F. Ciencia y tecnologia en América Latina: una posibilidad para el desarrollo. OCI
- Mientras en Finlandia 32 de cada mil empleados (formales) trabajan en actividades relacionadas en la ciencia y el desarrollo, en México lo hacen tan solo 2. Pero como ya mencionaba antes, si comparamos sus inversiones, Finlandia invierte el 3.5% de su PIB a Investigación y Desarrollo (I+D) y en contra parte México tan solo el 0.4%. ¿Resultados? En México se registran 2 patentes por cada millón de habitantes, mientras que Finlandia tiene 271 patentes anuales.
- Ya hablamos del gobierno y las instituciones, parte fundamental para la investigación y el desarrollo, pero el eje principal radica en el investigador. En México en realidad son pocos los interesados en este rubro, no solo por estar generalmente mal pagado, sino también por desinterés. Lo poco que se publica en nuestro país es en ocasiones deplorable y son pocos los científicos que realmente aman lo que hacen, al igual que pocas las instituciones, generalmente educativas como la U.N.A.M. y el I.P.N. las que fomentan esta actividad. Ha sido motivo de polémica lo disparejo del reparto del ya por sí escaso presupuesto para I+D, otras instituciones se quejan del «altísimo» presupuesto de las dos instituciones previamente señaladas, una realidad es que reciben la cantidad porcentual de lo que producen, esto a mi parecer, así que reitero la importancia de que cada Universidad, Hospital, etc. promueva la investigación dentro de sus trabajadores, recordemos que para hacer investigación no es indispensable hacerlo dentro de un laboratorio.
- Pero hagamos de lado la responsabilidad del gobierno y de las instituciones, hay grandes investigadores, de talla internacional en nuestro país, que a pesar de las instituciones y de la falta de recursos, han hecho grandes descubrimientos y trabajos, ¿el problema entonces? Creo que el meollo del asunto radica en la apatía que se tiene en nuestro país por investigar y publicar, hablo en particular de un gremio que conozco bien, el médico. Ya he hablado de la insatisfacción profesional, que mucho tiene que ver con dicha apatía, pero hay también culpa del individuo mismo y no solo de su ambiente laboral. El médico tiene que ser íntegro, ello conlleva a curar sí, pero también a educar y a investigar. En su mayoría de las veces, muchos de los que investigan en nuestro país lo hacen «patrocinados» por algún laboratorio farmacéutico, situación que no criticaría si no pusieran de por medio los resultados.
- ¿Por qué en México y en general en América Latina no podemos producir grandes estudios multicéntricos? En primer lugar un pésimo manejo de la información, que se refleja en una difícil sino es que imposible recolección de datos, que se suma a los factores ya antes mencionados, la apatía y la falta de recursos.
Así que en resumen, tengo mucho por leer, pero tristemente poco será realizado por mexicanos y latinoamericanos… y si llego a encontrarme alguno, lo más probable es que sea uno de tantos cerebros que se fugaron a Estados Unidos, Canadá o Europa a poder continuar con su interés en producir nuevos conocimientos.