Hay un fenómeno que todos podemos reconocer. Al hablar con bebés modificamos nuestra forma de hacerlo. Estoy casi seguro de que todos, incluso aquellas personas que aconsejan “no hablarle como ‘mensos’ a los niños”, acaban hablando de tal modo que Hugo Ball y Tristan Tzara se sentirían orgullosos de ellos.
Hablar con bebés
Cuando nos topamos con un niño pequeño automáticamente hacemos más lenta el habla, elevamos el tono y cambiamos el color de la voz. La gente reconoce que con ese “tono infantil” se capta aún más la atención del bebé y, algunos expertos refieren, se facilita el aprendizaje del idioma.
Este fenómeno no es exclusivo de los seres humanos. Entre los animales, las madres también suelen participar en vocalizaciones dirigidas a los cachorros. Pero, ¿esto implica cambios en la voz? Pues un grupo de investigadores del Instituto de Investigaciones Tropicales del Smithsonian (STRI, por sus siglas en inglés) exploró si la comunicación dirigida a los bebés murciélagos provocaba cambios en la vocalización.
Para realizar el estudio utilizaron a la especie de murciélago de líneas blancas o alas de saco (Saccopteryx bilineata), común entre los trópicos, desde México hasta Sudamérica; eligieron dicha especie por su gran repertorio vocal utilizado en la defensa territorial y el cortejo.
Los murciélagos hablan con sus bebés
Durante sus primeros tres meses de vida, cuando los cachorros de S. bilineata comienzan a experimentar con su “habla”, los murciélagos adultos machos y hembras les responden de manera diferente. Los científicos analizaron grabaciones con los sonidos de sus interacciones vocales, descubriendo que las madres de los murciélagos interactúan con sus cachorros mientras “balbucean”; lo que podría interpretarse como una retroalimentación positiva para estos últimos durante la práctica vocal.
Así, como en la “charla de bebés” humana, las vocalizaciones de las hembras adultas dirigidas a los cachorros presentan un color y tono diferentes a las llamadas dirigidas a otros murciélagos adultos. Por su parte, los machos también se comunican con los cachorros, pero lo hacen de una manera que parecía transmitir la “firma vocal” de su grupo social.
Cada grupo tiene su firma vocal
En una entrevista, Mirjam Knönschild, investigadora asociada del STRI y coautora del estudio, menciona: “Las llamadas de aislamiento de los cachorros son acústicamente muy similares a las de los machos del mismo grupo social que a las de otros machos […] Estos resultados sugieren que las vocalizaciones de los machos adultos pueden servir como guía para el desarrollo de firmas grupales en las llamadas de los cachorros”.
Esta es la primera vez que los científicos describen un fenómeno que podría parecerse al “habla de un bebé” entre los murciélagos. Lo que indica que la comunicación entre padres e hijos de los murciélagos es más compleja de lo que se pensaba previamente y abre nuevos campos de investigación.
Hablar con bebés retroalimenta socialmente
“Estos resultados muestran que la retroalimentación social es importante durante el desarrollo vocal, no sólo en humanos sino también en otras especies”, señala Ahana Fernández, quien dirigió esta investigación como parte de su tesis doctoral en la Free University de Berlin siendo científica visitante en el STRI y que ahora es investigadora postdoctoral del Museo de Historia Natural de Berlin. “Creo que los murciélagos son un taxón muy prometedor para investigar las características clave compartidas del lenguaje, como la capacidad de aprendizaje vocal, y que este estudio inspirará más en el campo de la biolingüistica”, concluyó.
¡Hablemos como bebés!
Hoy no quería hablar de COVID-19, SARS-CoV-2 o política. Hacía falta un cambio de aires. Paradójicamente acabé escribiendo de murciélagos y su lenguaje. Mientras lo hacía comprendí que incluso ahí encontraba una posible analogía: Al final, venía a mi mente la idea de que quizás sea necesario balbucearle a la gente, como a los bebés, la importancia del autocuidado de la salud, trátese de la pandemia o de enfermedades crónicas.
Por más evidencia que se muestre o por mucho que se suplique, la gente seguirá haciendo filas en los antros; yendo al supermercado los días en que es más probable encontrarlo lleno teniendo toda la semana; haciendo compras no prioritarias en centros comerciales; excusándose de no cuidar su propia salud incluso detrás de los medicamentos que toma porque “causan hambre”; protestando contra los cubrebocas; teniendo teorías conspiranóicas contra las vacunas; negando la pandemia; o politizando la salud. Hay veces que uno no es ni siquiera profeta en su propia tierra, como diría mi madre.
Publicado previamente en LJA.mx