“Un anión es un átomo con carga negativa, es decir un ión negativo. En el caso de los aniones simples, esta carga negativa esta dada por la afinidad del átomo neutro por electrones”. He desempolvado mis libros de Química Inorgánica de la secundaria para poder poner en forma fidedigna una definición tan básica como esta y que no quede a mi libre interpretación.
Pongamos un ejemplo, el átomo de cloro en su capa más externa tiene siete electrones, pero tiene una gran facilidad para ganar un electrón más y así completar dicha capa y quedar más estable y con una carga negativa (Cl–). Este electrón ganado fue “donado” por otro átomo que tiene la facilidad de perder electrones, tal es el caso del sodio (Na+), en este caso es un ión con carga eléctrica positiva, es decir un catión.
El motivo de esta introducción a la química básica se debe a que hace un año aproximadamente un alumno me mostró una toalla femenina que llevaba como nombre “Anión”. Pudiera haber quedado como un dato curioso, inclusive podríamos encontrar hasta el punto cómico y hasta un poco sucio del nombre (no entraré en detalles), pero el asunto no terminaba ahí.
El alumno decidió poner a prueba las maravillosas propiedades de este accesorio, para ello hizo que un compañero suyo se agachara manteniendo las piernas bien extendidas y tratara de tocar con sus dedos la punta de sus pies, después, para demostrar lo increíble del producto le puso un pantiprotector pegado en la frente e hizo que de nueva cuenta hiciera el ejercicio, supuestamente debería mejorar su elasticidad, obviamente no pasó nada, pero ya alguien le había hecho creer que mejoraba la elasticidad, fue tanta su incredulidad al verse engañado que probó colocando “la cinta con aniones” hacia la frente de su osado compañero pero el resultado nuevamente fue una enorme carcajada.
Aquella escena habría quedado en el olvido sino es porque hace un par de semanas nuevamente encontré entre mis alumnos uno de estos mágicos productos, ahora trataban de ver como incrementaba la fuerza y si una de las estudiantes podría ganarle a otro de sus compañeros en unas tradicionales “vencidas”, asegurando que habían existido resultados positivos, no fue así.
Me hice de uno de esos afamados productos y lo puse a prueba, ni me volví más flexible, ni cargué más peso ni nada, tampoco noté que absorba más que un pantiprotector “genérico” ni de ninguna marca conocida. La verdad es que todo esto fue producto del más osado ocio que como buen curioso me “absorbió”, sobre todo queriendo demostrar a mis alumnos que no pueden creer en todo lo que les digan, sobre todo cuando ofrecen un sinnúmero de ventajas tan dispares como mejorar el cutis, absorber mejor, aumentar la flexibilidad y la fuerza. De hecho la página del producto sugiere inclusive masticar la “cinta aniónica”. (http://j.mp/Jq6HTG)
Pero vamos, utilicemos la lógica. Todo organismo vivo tendrá aniones y cationes. Si regresamos al componente con el que iniciamos este artículo la unión de Na+ y Cl– da como resultado NaCl es decir sal. Ambos compuestos por sí solos son importantísimos en el equilibrio (homeostasis) de nuestro organismo, contamos con ellos a nivel extra e intracelular y la proporción que guardan en ambos ambientes ayuda a estabilizar la carga eléctrica de las membranas en nuestras células (potencial de membrana) y lograr la transmisión nerviosa y del latido de nuestro corazón, solo por citar un par de ejemplos. Esto es algo que ya se sabía de antemano, ¿por qué debemos suponer que una toalla femenina con Cl– o algún otro anión (nunca especifican cual, bien podría ser ión cianuro: CN–) será tan beneficioso para la salud? Si lugar a dudas sacarán alguna escusa fantasmagórica y además del viejo cuento sobre un intrincado ataque de la industria farmacéutica contra este descubrimiento que cambiará el mundo.
Pero pongamos el ejemplo de que los aniones vía tópica per se fueran tan beneficiosos, ¿por qué escoger esta inusual presentación y no una crema? Lo más probable será que encontraron un mercado curioso y ávido de comprar lo que sea para sentirse mejor con “olor a ciencia”: las púberes y de paso llegan a sus madres y ya entrados en gastos le recomiendan a sus hermanos y padres beberse un té de toalla sanitaria.
Aún no conozco un medicamento estudiado científicamente que asegure curarlo todo, inclusive ninguno ofrece el 100% de efectividad en todos los pacientes y ningún efecto adverso. Por el contrario quienes si lo aseguran son por ejemplo, el QIAPI del Dr. Arturo Solís Herrera, el hongo michoacano y ahora las toallas “Anión”. Me pregunto, con tan maravillosos productos que todo lo curan, que a todos beneficia y que no tienen contraindicaciones ni fenómenos indeseables ¿por qué no hemos visto un giro dramático en el comportamiento epidemiológico de nuestro país?.
Lo curioso es que estos productos que cuestan hasta $700.00 un goterito hablando del QIAPI, son comprados sin chistar por los ingenuos a los que les ofrecen la cura de todos sus males, pero un medicamento bien estudiado que tal vez cueste lo mismo será tratado como un robo a mano armada. No, no soy defensor de los costos que luego pone la industria farmacéutica pero puedo entender en parte de donde derivan, del gasto hecho en la investigación, los costos de producción y comercialización, etc. ¿Podrán Solís Herrera o Winalite demostrar dichas inversiones? El “científico mexicano” ya cuenta con varios patrocinios según comenta en su página (incluido el CONACYT), pero supongo que hay más gastos para cobrar eso por un botecito con agua.
Supongo en que todos estos casos se cuentan con proyectos de investigación que están registrados ante la COFEPRIS, organismo responsable de regular todo lo referente a medicamentos y procedimientos en humanos y los estudios en torno a ellos. Quiero pensar que tiene un protocolo bien planeado y sobre todo bioéticamente correctos, uno por cada padecimiento que dicen curar o mejorar, con una muestra poblacional suficiente y todos las metodologías de seguridad que se requieren para realizar investigación en humanos. Por su puesto ya que están en estas fases debieron haber realizado protocolos de investigación in vitro, etc.
Sino es así ¿dónde están nuestras autoridades? ¿Por qué no los detienen?