Los asesinos del emperador por Santiago Posteguillo
Mi calificación: 4 de 5 estrellas
Siempre he admirado a los novelistas históricos, contrario a lo que muchos podrían pensar acerca de que su historia ya está contada, ellos tienen que unir la ficción con la realidad. Un autor de novela histórica serio, como lo es Santiago Posteguillo, no consultará, arrasará con fuentes bibliográficas, viajes a los lugares históricos, museos, expertos, etc., y en caso de que la historia fuera reciente entrevistará a los implicados de ser posible, a testigos y se adentrará en las comunidades aledañas.
Me queda claro que ese es el caso de la trilogía de Trajano, en este caso el primero de los libros: «Los asesinos del emperador», en él, Posteguillo retoma la historia desde la juventud de Marco Ulpio Trajano hasta su llegada al trono del Imperio Romano. Pero no se queda ahí, nos permite ver desde Nerón la sucesión de eventos que llevaron a que el Senado tomase la decisión de aceptar el plan de Nerva, adoptar a un hispano, para que fuese el Emperador de Roma, «El Emperador del Mundo».
Parece que no hay evento que se le escape a Posteguillo, todo aquello que abarque este período de tiempo fue contemplado, el suicidio del último emperador de la Dinastía Claudia, el año de los cuatro emperadores, el inicio de la dinastía Flavia con Vespesiano, seguido de Tito y su desquiciado hermano Domiciano; el sitio de Jerusalén que como resultado del botín obtenido nos lleva a la construcción del quizás más emblemático edificio romano, el Anfiteatro Flavio, hoy mejor conocido como el Coliseo Romano. La erupción del Vesubio, la presencia de los cristianos en el primer siglo de nuestra era, la rebelión de las legiones del Rin a Domiciano, las penosas derrotas de las legiones romanas en el Danubia a manos de Decébalo y por último el mediocre, pero a la vez clave periódo de Nerva como emperador para llevar tras la rebelión de la guardia pretoriana, a que se tomara la decisión, nunca antes pensada, de que un no nacido en Roma, «ni siquiera en Italia», ascendiera a Emperador.
Afortunadamente al final del libro el mismo autor nos desvela cuales de los hechos narrados en su libro son históricamente correctos y cuáles fantasía, uno se sorprende al ver que casi todo está apegado a la historia y lo que logró hacer Posteguillo fue amalgamar todo con una serie de diálogos, que si bien quizás nunca se dieron es bastante verosímil pensar que pudieron haber pasado.
No se juzgue el hecho de que el libro lo inicié en Agosto y lo terminé en Noviembre como que se trata de un libro de lectura compleja, en realidad avancé bastante rápido, pero tuve que ir haciéndolo por pausas, generalmente leo dos libros y además tengo otras actividades de índole profesional y familiar, lo que hizo que el libro estuviera en algunos momentos detenido.
Al llegar al final del libro nunca pensé que fuera ese, dí la vuelta a la página y me topé con el glosario, inteligentemente el autor nos obliga a continuar con la trilogía al no dar un punto final en su obra, y es que en la Historia no existen nunca los puntos finales.