Mis dos últimas historias en instagram hablan de ataques a la cultura y el conocimiento.
En el primer caso hablamos de museos, bibliotecas, salas de conciertos atacados como puntos militares estratégicos, en este caso por los rusos en Ucrania, pero se repite en cualquier guerra. Unos podrían decir que destruyen posibles refugios. No lo creo, se ataca al conocimiento, la cultura, la libertad de expresión y flujo de ideas.
El otro es la prohibición de los talibanes a que las mujeres puedan ir a la universidad.
¿Es casualidad? No. Fracis Bacon mencionaba el aforismo: ‘ipsa scientia potestas est’ (El conocimiento es en si mismo un poder) basado en un antiquísimo proverbio hebreo (Proverbios 24:5) cuya traducción vendría a ser ‘El hombre sabio es fuerte, y de pujante vigor el hombre docto’. Luego su discípulo, Thomas Hobbes, nos diría: ‘Scientis potentia est’ (El conocimiento es poder).
No, no es casualidad que los talibanes pretendan evitar que las mujeres, el principal grupo de la sociedad que representa un peligro para ellos, se mantengan lejos de las aulas. Un comportamiento habitual en los regímenes totalitarios es pretender controlar quienes tienen acceso a la información, cómo y cuándo usarla. Y, obvio, convierte a los lugares que la almacenan y/o propagan como puntos estratégicos en cualquier guerra.
No hay nada más subversivo que aquello que surge de una universidad.