Pues bien, ya lo mencionaba en mi blog personal, no soy de aquellos a los que les gusta los días conmemorativos, ya que considero que con ellos se justifica el olvido, las injusticias y recriminaciones, tal es el caso del día de la madre, pero aprovechando que todos estamos ‘sensibles’ al tema debido a la fecha quiero aprovechar para hacer una mención especial a mis todas aquellas médicas (como diría @medicaeli y creo oportuno darle crédito) que son madres.
Siempre he admirado y admiraré a las madres, que son capaces de dividirse en mil, para realizar sus actividades, cuidar a sus hijos, cuidar de sus enfermedades (aún sin ser doctoras), consolarlos en sus tristezas, festejar sus alegrías, ahora cada vez más hacer las funciones de padre y madre a la vez, verse con las amigas, conciliar problemas, arreglarse, verse siempre hermosas y encima de todo sonreír.
La carrera de Medicina resulta difícil para cualquiera que desee practicarla, decía un maestro que es más más celosa que la ‘peor’ de las novias, te exige tiempo, sacrificio, cambios en la alimentación, pierdes vida social, pocos amigos no médicos logran comprenderlo, la familia lo sufre, adiós a las horas de sueño, bienvenidos sean las tensiones, los dolores de cabeza, los cambios de humor y una lista interminable de complicaciones, que si logras librar obtienes por recompensa una de los mejores satisfacciones que se pueden tener en la vida, ser médico o médica como es el caso de quienes hablamos.
Ahora me resulta aun más admiable cuando conozco a quienes combinan la profesión y la maternidad, ya fuese desde el inicio de la universidad, durante ella o ya como médicas graduadas, es por ello, que aunque pequeño y para mí en una fecha injustificada, quiero rendir un homenaje a todas las doctoras que a su vez son madres, para mí no resulta difícil aceptar que esto, sin duda alguna, no lo conseguiría hombre alguno.