Quise averiguar qué es la programación neurolingüística y para ello me entrevisté con quien la imparte en Aguascalientes, lo que descubrí me dejó con la boca abierta, el corazón fuera del pecho y los calzones manchados.
“Queremos todo peladito y en la boca”, diría mi padre. En un mundo en donde todo corre más de prisa, se quieren las cosas rápido y eso es una de las promesas que realizan los charlatanes al vendernos cualquier producto pseudocientífico y cuasimágico.
Hace tiempo que el término de “programación neurolingüística” me hacía ruido, promete herramientas rápidas para obtener el éxito. ¿Recuerdas en una de mis últimas cartas daba la receta para crear un producto milagro? Ten en cuanta que estos no únicamente vienen disfrazados de medicamentos tomados o tecnología como sería “QIAPI1” del Dr. Solis o la “Terapia Cuántica” del Dr. Finkelstein. En este caso, supuestamente se trata de una “terapia psicológica” o un “entrenamiento mental” que juega con el término “neurológico”, pero además nos mete en el mundo cibernético por aquello de la “programación”. (Ya veremos que además agregan el cuántico).
Empieza el desmantelamiento de la programación neurolingüística
Pues bien, hace un mes aproximadamente vi en el LinkedIn que un conocido presumía haber tomado un curso de programación neurolingüística, honestamente me llamó la atención y le eché una mirada a lo que ofrecían, ese sujeto tiene la tendencia de creerse todo lo que sea charlatanería, así que me dije: Roberto, ¡ahí hay caca encerrada!
Inicialmente se me hizo agua la boca y me froté las manos, teóricamente sería capaz de absorber una gran cantidad de información de libros, etc. y eso me llamó la atención, ¡mmm… demasiado perfecto!.
Conforme empecé a averiguar, las cosas me gustaron menos. En primer lugar el curso en Aguascalientes lo ofrecía un lugar que se llama “Salto Cuántico” y le llaman a todo en spanglish “SQF-Technique” es decir ¡“Técnica del Salto Cuántico desde el Futuro”! Sólo leerlo me dio chorrillo, imagínate lo que me está dando al escribirlo. Todas mis alarmas de escepticismo se encendieron.
Escribí al correo de informes que aparece en la página de tan prestigiosísisisisisma institución educativa y de investigación pidiendo informes, fui claro al expresar mi incredulidad, remarqué que lo poco que encontré sobre la misma en PubMed eran críticas del Journal of Professional Psychology: Research and Practice, como por Evidence-based practices in addiction treatment: review and recommendations for public policy. que no sólo la consideraba pseudociencia y poco efectiva, incluso la catalogaban como PELIGROSA.
Mi correo fue contestado por el Ing. Juan Soto, director del centro. En su e-mail decía que agradecía mi interés en el mismo y que debido a mi solicitud de una explicación detallada y mi escepticismo, prefería nos entrevistáramos, así sucedió en una cafetería al Norte de la ciudad de Aguascalientes el 24 de febrero. He aquí un resumen de los hechos (perdona el orden psicótico del texto, pero trata de ser fiel al seguido en la conversación):
Ambas partes llegamos puntuales a la cita, que de inicio fuimos corteses, pero logró encender mi furia antipatrañas al primer instante, aun así jamás use una palabra altisonante, eleve la voz, o algo similar, si acaso me acuso culpable de algo es haber sido incisivo en solicitar respuestas (puedes verificarlo en la grabación que hice de la entrevista, la cual no publico por respeto, sí, respeto a mi interlocutor). La entrevista duró dos horas y no pretendo copiarla ad integrum por respeto a tu tiempo, vista, e inteligencia.
Tras tomar asiento y pedir, él una taza de té chai y yo un café americano, le expliqué que estaba interesado en conocer de qué iba la programación neurolingüística ya que no había encontrado nada de evidencia acerca de ella, pero que por lo que prometían “podía serme de utilidad tanto en mi desempeño profesional y en la vida de mis pacientes”.
Defendiendo la mentira a través del ataque infundado al otro
Le comenté que las páginas de internet que consulté de diferentes lugares donde imparten dichos cursos se contradicen, ya que unos hablan de teorías bioquímicas, otras psicológicas, etc., además de ser demasiado variadas las supuestas bondades que cada uno logra de esta técnica, ciencia, o no sé como la definen. El señor se atrevió a decir que tampoco hay una base para la “teoría del cáncer” y me reta a que le explique la misma. Aclaro, en primer lugar, que no hay un sólo cáncer, que está en un error si piensa que con una única explicación abarcaríamos todos y cada uno de ellos, pero que puedo resumir algunas de las teorías «unificadoras» por llamarlas de algún modo, cuando le hablo de telómeros, senescencia, bioquímica, etc. su sistema de argumentación entonces se convierte en preguntar el porqué de todo, esperando que me ahorque solo o como él mismo diría «me coma el tigre» (nota esto porque con ello pretende cerrar él la discusión). Primera descarga de “psico-neuro-moduladores del enojo” en mí.
Habla del activador reticular y utiliza otros términos similares vomitándolos sin ton ni son, usa nombres de tipos extranjeros, algunos de ellos conocidos sólo en su casa, como sustento para la veracidad de lo que dice y obvio que no da las referencias bibliográficas, únicamente habla de “estudios que demuestran…” (Amigos de la Buhardilla 2.0, este sorollón les hubiese encantado).
De pronto menciona la “terapia del campo mental”, que elimina “la raíz última de los problemas emocionales” a través de golpeteos en diversos puntos que corresponden a los utilizados en la acupuntura (escucho un sonido de alarma en mi cerebro). Cuando le pregunté qué es “raíz última de los problemas emocionales” me dijo que es a lo que el Dr. Callahan (uno de sus hombres citados por excelencia) le llamó, “perturbaciones en el campo mental”, de ahí ya no pudo explicarme más y quiso decirme que con esta técnica se es posible controlar la ansiedad y “CURAR las adicciones”.
Cabe mencionar que tenemos ya un error de traducción ya que Callahan (y no es el personaje de Jennifer Love Hewitt en Criminal Minds) a toda esta patraña le llama Thought Field Therapy, es decir Terapia del Campo del PENSAMIENTO no MENTAL, pero bueno. ¿Recuerdas que mencionaba que uno de los ingredientes para la receta de productos y terapias milagro estaba el incluir “personalidades” de los medios como testimonio de validez? En este caso usan a Whoopi Goldberg. (Huele a fraude ¡y mucho!).
El golpe más bajo que recibí e íbamos en el minuto 12 con 42 segundos de esta “conversación” fue decirme que viendo los resultados “no hay necesidad de los estudios doble ciego ¿para qué?” ¡¿Cómo que para qué?! Para demostrarme que son sus terapias y no la mera sugestión las que sirven, para sustentar que si van a pagarle $4,000.00 por 20 horas de oírlo cantinflear, están pagando por algo real y no por un cuento chino.
Ante ello, aprovechando que dice que es ingeniero mecánico electricista y que se dedicó al ramo automotriz, le pregunté si se atrevería a subirse a un coche en carretera a alta velocidad, sabiendo que era la primera vez que se utilizaba el sistema de frenos que traía el automóvil y nunca antes se habían hecho pruebas. Desvió la conversación. Minutos más adelante lo forcé a contestarme y me asegura que sí, que le basta conque alguien le diga que se probó y funcionó, le recuerdo que nunca se habían probado, y lo cuestiono que si sólo porque alguien, un perfecto desconocido, le dice que lo probó se subiría, vuelve a hacerse el silencio.
Promete curar el cáncer con programación neurolingüística
Me pidió que que le explicara que es evidencia para mí, y le expliqué que es algo estadísticamente demostrado, independientemente si se trata de estudios cuantitativos y cualitativos, ya fuera con estudios doble ciego, ciego simple o abiertos, pero con puntos de comparación contra otras terapias o versus placebo. Trató nuevamente de salirse atacando, diciendo que por ejemplo en Psiquiatría se reúnen anualmente para “inventar” las enfermedades. A lo que debatí:
– Entonces si son enfermedades “inventadas” ¿por qué usted asegura que puede curarlas? Porque hablamos de ansiedad, depresión, adicciones, todo esto que la programación neurolingüística se supone cura.
Silencio nuevamente y cambio de tema, y viene lo más grave:
– El resultado de tu vida es el resultado de tus pensamientos (¿cantifleo?, ¡¡nah!!) Todo lo que tú pongas en tu mente, tu mente no consciente busca que se realice.
Cuando pido que me explique, tras algunos ejemplos que podrían sonar lógicos, me dice que voy a enfermarme si pienso en ello y le pregunto:
– Entonces si yo pienso me va a dar SIDA, ¿me da SIDA?
– Te vas a poner en situaciones de riesgo para que te de.
Juro que literalmente sentí como se detenía mi corazón y el marcapaso liberaba la corriente eléctrica para regresarme a la vida, un poco más intensa la descarga y le metía un madrazo al imbécil sujeto, pero me contuve y pregunté:
– Si yo digo me va a dar cáncer, ¿me va a dar cáncer?
– ¡PROBABLEMENTE! – Mis ojos se nublan, mis manos se aprietan, mis dientes rechinan y todo yo tiemblo, pero me contengo, tengo que terminar de oirlo antes de estrangularlo al oir cual fue la respuesta – Porque generas las condiciones emocionales para que se dé, luego entonces, según el ingeniero-médico-mago Juan Soto, el cáncer es una enfermedad emocional, inventada por supuesto por los psiquiatras.
Pero viene lo más grave y COFEPRIS no hace nada:
– Entonces si yo tuviera cáncer, y dijera ya no tengo cáncer ¿me curo del cáncer?
– ¡SÍ! (Categórico) ¡Puedes revertir el cáncer mentalmente!
Él asegura que además se “auto-curó” de una hernia inguinal con sólo pensar en “cerrarla”. Que conoce a gente que ha sanado de cáncer trabajando mentalmente, y a un médico en Zacatecas que “cuenta con evidencia de haber curado la diabetes mellitus con terapia del campo mental”.
Cada vez que yo hacía preguntas intentaba cambiar el tema. Nunca me contestó cómo es que cura el cáncer, la diabetes, etc. Prometió, por cierto, enviarme el contacto del médico que curó la diabetes y aún no lo recibo. Si esto es verdad, ese médico es un criminal por no haberle dado a la humanidad la solución de una de las mayores epidemias a nivel mundial. En varias ocasiones me decía que daba terapias y luego en otras aclaraba que no es psicólogo, entonces ¿es o no es?
Habla de creación de “circuitos neuronales” y la “programación de las neuronas” y cuando le pido que me explique cómo funciona eso, las bases fisiológicas de lo que me está diciendo, me contesta que él eso no me lo va a decir, ¡ah! ¡Ya saltó la liebre! No tiene idea de lo que habla, pero juntó términos que le sonaron “rimbombantes” que atraparán a cualquiera, ahí va otro ejemplo:
– El consciente únicamente puede manejar siete +/- dos unidades de información.
– ¿Qué es una unidad de información?
– Depende de la persona.
– Pero una definición de unidad de información.
– Un bit, un byte, depende.
– ¿Qué se mide?
Se oye el golpeteo de los platos y cubiertos recogidos por el garrotero al fondo del comedor, oigo hasta la respiración del abuelito que está sentado en la mesa más escondida de la cafetería… lo que no escucho es la respuesta.
Sobra decir que jamás lo definió, dio ejemplos varios y no logró aterrizar en nada. En ese momento no se me ocurrieron pero ahora ya tengo varios ejemplos en los que a la vez tuve que aprender más de “9 unidades de información” de un sólo golpe, por ejemplo el nombre de los huesos de la mano (tres veces nueve unidades de información).
No logra explicar el “gran hito” de la programación neuroligüistica
De pronto, tras explicarme ya no me acuerdo qué tanta cosa, me cuenta de una carta en la que «el cuerpo médico de Kosovo» agradece al Dr. Callahan (Suena a Dr. Charlatán) por haber ayudado a superar el trauma post-guerra en los miembros de su batallón. Ya la busqué y está en la página de este señor, no es todo el cuerpo médico de Kosovo, sino que está firmada supuestamente por un individuo que se supone es el jefe de una brigada, ni siquiera el ministro de salud o jefe del departamento de salud de todo el ejército. Pero a mí no me dice nada, además de estar muy escueta, que diga que curó o alivió al 100 % de los pacientes me hace preguntarme, ¿por qué no lo ha hecho en los que tienen el mismo problema en Estados Unidos?
Supongamos que es un premio Nobel, sólo porque él la firma no me la creo, en otras ramas hay premios Nobel de Medicina o Física que se contradicen entre ellos en asuntos distintos y uno, otro o ninguno tiene la razón, ¿por quién tomo partido? Un ejemplo paradójico que ya contaremos, Santiago Ramón y Cajal descubrió el espacio sináptico entre las neuronas (hablando de la neurolingüística) y compartió ese premio con Camilo Golgi (sí el del aparato) ya que con la tinción de Golgi pudo hacer este descubrimiento, curiosamente el italiano no creía que existiera un espacio entre las neuronas, a pesar de ganarse el premio Nobel por ese descubrimiento. Subrayemos, a él se le dió por su contribución al trabajo, una tinción, pero curiosamente sus ideas no eran correctas.
Una carta de alguien, no importa si es del Papa (o más bien aun menos si es de él), no es evidencia tangible de que así lo sea. Además dice que curó al 100 % de los pacientes que atendió, ¿cuántos fueron? ¿1,000? ¿100? ¿10? ¿1? ¿Esos pacientes fueron atendidos con otros tratamientos? ¿Qué características tenían esos pacientes? ¿Hombres? ¿Mujeres? ¿Edades? Exactamente ¿qué vivieron en la guerra? Esto es tan “científico” como la patente rusa de la pila fotosintética de melanina del Dr. Solis. Creo más en los inventos del Dr. Chunga.
El señor no logró explicarme uno de los hitos de la programación neurolingüística, los denominados “niveles del pensamiento”. Aclaro que poco sabía de ellos antes de esta conversación, así que dejé que hiciera su esquema en un papel, una vez hecho, muy similar al que adjunto a este artículo, me explica que mis creencias influyen en mi entorno y no al revés. Por una parte puedo comprarle lo que dice, al tener yo ciertas creencias, ya sea religiosas, políticas, científicas o pseudocientíficas buscaré entornos que sean acordes a ellas para desenvolverme, pero ¿qué hay de aquello que mencionaba en mi carta anterior? ¿Mis creencias no están influenciadas por mi entorno?
Le hice exactamente la misma propuesta de debate, le pregunté si era católico y me refirió que sí, y le pregunté si era católico por haber nacido en un país predominantemente católico:
– ¿Qué hubiera sido de haber visto la luz y crecido en un país musulmán o budista?
Guardó silencio y me dijo:
– Sí, pero es que tienes que verlo en este orden, tus creencias influyen en tu entorno.
Repito la pregunta.
– ¿Mis creencias no están influenciadas por mi entorno?
Nuevamente el silencio, cambio de tema y agradece que ha aprendido algo, pero que soy muy necio y no me va a sacar de mi “error”. ¡Espere, si quiero que me saque del hoyo en el que estoy metido, sólo necesito que me explique eso!
La programación neurolingüística no puede curar lo que cura
Y de pronto empieza a hablarme de la corrupción de las farmacéuticas, los gobiernos y cómo en tooooodas las escuelas de Medicina que nos enseñan mentiras para beneficiarlos. Ya saben la mega-ultra-super conspiración plus, en donde millones de médicos que ni se conocen perpetúan un plan maléfico manejado por dos o tres titiriteros. Me cuenta que él está en contra de los medicamentos, pero sus padres si los utilizan ¿por qué no los tratan con la programación neurolingüística? Argumenta que su madre no ha podido ser atendida por ser mamá y vivir en depresión por la muerte de su hija…
Se despierta la ardilla en mi cabeza y se pone a correr en su rueda: ¿Me dice que su mamá no se puede curar de depresión porque está deprimida? Es decir, ¿la programación neurolingüística no funciona para lo que dice que funciona porque si tienes lo que dice que cura no te puede curar? Sí, lo sé, suena repetitivo y contradictorio, pero eso fue lo que me dijo el brujo-ingeniero-psicólogo-sanador.
Por cierto, hubo un instante en que me quiso explicar el Alzheimer, cuando lo empecé a cuestionar yo, su referencia fue el Dr. Dharma Singh Khalsa y sus vitaminas, pero no da “medicamentos”.
¿Recomendaría Programación Neuroligüistica a mis pacientes?
Ya casi al final de nuestra conversación, no sé si pensando que me había convencido o qué diantres, me preguntó que si a pesar de no tener el sustento científico (nótese que él mismo me está diciendo que no lo tiene), pero con la certeza de que “no perjudicaría” a mi paciente, yo recomendaría la programación neurolingüística:
– No, puesto que yo tendría que decirle a mi paciente, existe esto pero NO estoy seguro que funcione, así que el Ing. Soto me diría que ya los “programé neurolingüísticamente”.
– Pero es que tú no les dirías eso.
– Entonces ¿qué les diría?
– Existe esto, que ha funcionado en miles de personas.
Interrumpo y digo,
– Lo siento, pero no puedo mentirle a mis pacientes, no he visto que funcione en nadie, no puedo decirle a alguien que ha funcionado, si no lo he visto.
– Entonces esto, no es para ti.
No, definitivamente mentirle a mis pacientes y ofrecerles que algo solucionará sus problemas, sólo porque me lo dice alguien, no importa quien sea, no lo puedo hacer.
En su argumentación, acabó aceptando que existe el efecto placebo:
– ¿Estás de acuerdo que el efecto placebo del medicamento es la que juega un papel importante en que tu paciente se sienta mejor y que a lo mejor la sustancia activa del medicamento fue mínimo?
– No, no estoy de acuerdo. Para que un medicamento salga al mercado debe cumplir dos requisitos. Primero, la seguridad, se debe demostrar que sus efectos beneficiosos superan a los efectos adversos. La ciencia nunca ha negado los efectos adversos de los fármacos o terapias aceptadas, pero siempre se valora y se demuestra que la probabilidad de beneficio supera y por mucho, al riesgo. Segundo, la eficacia, se debe demostrar que el efecto del medicamento es debido al mismo, no a un efecto placebo, que si bien puede seguir jugando un factor importante, sí, queda evidencia estadística significativa (p= 0.05 es decir que existe el 95 % de confianza) de que el beneficio del fármaco es por la sustancia y no por el placebo. Obvio, que por lo que me plantea, eso no lo ofrece la programación neurolingüística.
Es decir que usted al decirme que ustedes juegan con el hecho de la confianza, le está cobrando $4,000.00 por un curso por no darle nada, por simplemente creer en usted, por buscar una esperanza.
– Tú lo que quieres es que me coma el tigre. Si tú todo lo que yo te digo lo tomas casi literal y lo objetas no es para ti la programación neurolingüística y la terapia neurolingüística no es para ti.
Tiene razón, objeto todo lo que me dice con argumentos y usted no puede defenderse, simplemente brinca, me llamó necio, se desespero, se agito y se enojó por cuestionarlo, perdió ingeniero y es cierto, verle la cara a alguien no es para mí.
Por cierto, si son tan honestos, tan buenos y desinteresados, ¿por qué tiene que pagarle a los “descubridores” para poder ayudar a la gente y difundir su conocimiento? Los malévolos científicos brindan sus descubrimientos en las revistas médicas y quien quiera puede reproducirlo. Es un crimen negociar con algo “tan bueno para la humanidad”.
Recibo cursos de Neurofisiogía
Pero insistió en ahorcarse sólo y empezó a hablar de otros temas que cuando se le pedía explicación no la podía dar, como es la “inversión psicológica”, donde se supone que miden la “corriente eléctrica” del cuerpo y se dan cuenta que tiene cargas negativas, motivo por el cual hay tratamientos que no funcionan y aplicando terapias del campo mental se vuelven positivas.
¿A qué se deben esas cargas? No lo supo explicar, y en teoría las terapias que se necesitan dar son a dosis respuesta hasta que se “positivaza” la carga y entonces ya todo está normal. Esta se mide, con lo que me explico, sería una especie de voltímetro. ¿No estarían midiendo el potencial de membrana? Por ejemplo.
Para finalizar me habló de la variabilidad del ritmo cardiaco. Al iniciar esta clase magistral de neuro-cardio-fisiología me hizo un “examen” sobre lo que es la variabilidad del ritmo cardiaco y la definición de ritmo. Resulta que si bien no soy cardiólogo (cómo me lo señaló), me queda claro que el ritmo cardiaco se define como el intervalo de tiempo existente entre un ciclo cardiaco y otro, ya sea eléctrico por ejemplo una onda R y otra R en el electrocardiograma, o entre un primer ruido y otro a la auscultación, y que tiende a ser constante entre ciclos, él me dijo que no era eso, pero tampoco me pudo dar una definición de lo que es.
La variabilidad del ritmo cardiaco (en realidad la variabilidad de la frecuencia cardiaca) se refiere a los cambios fisiológicos y normales que existen en la duración intervalo entre los ciclos y la relación tienen con la frecuencia cardiaca (número de ciclos cardiacos en un determinado tiempo), dentro de valores normales, esto como parte de la regulación fisiológica a los diferentes requerimientos del organismo. Me aseguró que no, que no era eso pero tenía sentido porque no soy un “experto en Cardiología”, me supongo que él si, por eso confunde ritmo y frecuencia. Confieso que llegué a buscarlo y encontré un artículo en la revista Circulation que me da la razón.
Las publicaciones serias como la antes mencionada proponen al análisis de la variabilidad de la frecuencia cardiaca como un PROBABLE marcador temprano del riesgo de muerte, eso es cierto, relacionado con el control del corazón por parte del sistema nervioso autónomo. Imagino que es en ese mismo paper en el que quieren basar sus nuevas promesas, ya que aseguran que este tiene que ver “directamente” con la mortalidad de los individuos, de hecho él asegura que “hay estudios que demuestran” que la variabilidad en el ritmo cardiaco de los fetos está relacionada con la mortalidad temprana de los individuos. Cabe señalar que esto significaría estudios a muy largo plazo, donde primero valoraron la variabilidad del ritmo cardiaco en fetos y los siguieron en el tiempo, pero los estudios en torno a la variabilidad del ritmo cardiaco a penas empezaron a gestarse a mediados de la década pasada.
Pero el mismo artículo señala en forma categórica: “…la importancia y el significado de las diferentes medidas de la VFC son más complejos de lo que se piensa, y hay una posibilidad de conclusiones incorrectas y para extrapolaciones excesivas o sin fundamento”
¡Ahí el meollo del asunto! Es algo que suena alarmante, aunque no lo es tanto, y que a su vez puede ser utilizado, debido las lagunas que aun quedan por estudiar, por parte de aquellos que quieren vender fantasías. Y es que el nuevo cardio-neuro-fisiólogo me comenta que través de terapias del campo mental logran corregir esta “variación” para aumentar la sobreviva de los no nacidos, mi pregunta: ¿cómo le dan golpeteos en los puntos de acupuntura a un feto? De su estudio si no encontré nada publicado.
Nuevamente el silencio, pero esta vez ya me harté y pedí la cuenta. Él pagó los 24 pesos de mi café.
NOTA DE ACTUALIZACIÓN 18-Marzo-2016
Le he escrito en varias ocasiones al ingeniero, recordándole que quedó en enviarme más información y el contacto del médico que curó la diabetes. Tras tres correos enviándome únicamente ligas a la página de Callahan, se rindió y me sugirió que le escribiera directamente a dicho personaje, ya que él «no está interesado en si creo o no en esto». Aclaro, si es un instrumento, como él dice, tan beneficioso para la humanidad ¿por qué callar? Si le estoy dando la oportunidad de que me refute y demuestre que es cierto, ¿por qué no me da más bases? Por el contrario se retira y dice que está «muy ocupado». De ser verdad, resultaría un crimen, como también lo sería que los autores en lugar de publicar sus descubrimientos en revistas médicas y científicas al alcance de todos, como se hace con los medicamentos, métodos terapéuticos, descubrimientos en química, biología, física, etc. los estén cobrando y condicionando su uso.
Obviamente del médico que cura la diabetes no se nada…