Ya en mi revisión anterior sobre el libro de Guadalupe Nettel, «El cuerpo en que nací», hablaba de ese morbo natural en el ser humano de querer saber más de la vida de otros. Esto pasa también en la novela de Eduardo Sacheri, «Ser feliz era esto».
Si bien en este caso se trata de ficción, el autor logra hacernos sentir que no es así. Es decir, logra uno de los cometidos del escritor, adentrar tanto al lector en su libro que pierde la noción de qué es verdad y qué no.
Saliendo del confort
Lucas tenía una vida, o creía tenerla, hasta que una niña de catorce años, llamada Sofía toca a su puerta y le dice que es su hija. Una hija que él no sabía haber tenido con una novia de la juventud. Y esa novia hoy ya no estaba, había muerto, y en su casa tenía hoy a su hija, esperando ser recibida.
A través de la novela Sacheri nos desvela paulatinamente la vida de Lucas, la cual se desmorona, si es que, como ya hemos dicho, no estaba desmoronada desde antes, con la llegada de Sofía. Pero, ¿cómo es que tiene una hija? ¿Cómo es que no lo sabía? ¿Cómo es que la niña ha dado con él? ¿Qué pasó realmente con la madre?
Sonrisa con la mitad inferior de la cara. Un cincuenta por ciento de sonrisa. Media sonrisa porque es sonrisa sin los ojos, que son lo más importante cuando alguien sonríe.
Ser padre es algo complicado. Ser padre de una adolescente es aún más. Pero serlo de golpe de una adolescente que no se conoce debe ser todo un reto.
Pero me he enfocado en el padre. ¿Qué pasa con una adolescente de catorce años? Ha descubierto quién es su padre y ha tomado un camión que la lleva a otra ciudad para conocerlo. Esto tras la muerte de su madre, una madre con depresión. ¿Una niña o un adulto?
Conclusión
Entre viajes en carretera, visita a escuelas y una vida amorosa que se descompone, no nos dejan soltar el libro hasta acabarlo. Es un libro fluido, con momentos alegres y momentos de reflexión, bastante sencillo de leer, con personajes simples medianamente logrados. Un libro para salir del tedio y a la vez para reflexionar un poco, pero hasta ahí.