Es más fácil obtener lo que se desea con una sonrisa que con la punta de la espada. William Shakespeare.
Hoy no tengo sustento científico que me respalde, ni baso esta columna en ningún libro o noticia. Hoy simplemente quiero hablar de lo que para mí es primordial al establecer contacto con cualquier individuo que me rodea, si bien siendo médico podría hablar exclusivamente de la atención a los enfermos o colegas, creo que el trato cordial y una sonrisa no son exclusivos de la relación médico-paciente.
Mencionaba al principio que no tendría esta columna sustento científico, esto no tiene que ver con la falta de evidencia de que el hecho de sonreír tiene relación directa con la liberación de neurotransmisores que nos dan sensación de bienestar, tales como la serotonina y la misma adrenalina. Por sí solo esto explicaría en gran medida el por qué es bueno elevar una carcajada de vez en cuando en el día. Pero esta columna va más allá.
Cuando me fije en la vida ser médico, como casi todos los que ingresan a la carrera, tenía como motivo de el ayudar a los demás. Lamentablemente conforme se va avanzando en la carrera parece que esta idea se va desvirtuando, empezamos a fijarnos como meta las notas en los exámenes, nuestra eterna comparativa con los demás, los retos que los profesores nos marcan y simplemente al final, estamos estudiando porque “tenemos que hacerlo”, la motivación inicial parece haber desaparecido. En el inter, se van incorporando nuevas razones, por así llamarlas, alcanzar el renombre de algunos de los maestros que se cruzan en nuestro camino, el llegar a tener el reconocimiento de quienes nos rodean, incluso en una buena parte de nosotros empieza la cosquilla de hacer un buen capital. (A veces se nos juzga por ser “mercaderes” de la salud, a defensa de todos mis compañeros quiero decir que al igual que los abogados, los contadores, los arquitectos, plomeros, albañiles, etc. el médico tiene derecho a cobrar sus honorarios y que estos se vean directamente relacionados al grado de preparación que no es forzosamente especialización, al tiempo que le dedica a sus pacientes y a la calidad con que los atiende).
Cuando miramos hacia atrás lejos quedó el apostolado médico (el cual me gustaría diferenciar ampliamente de un apostolado religioso) e inclusive arrinconamos esa inquietud científica que nos llevó a ingresar a una carrera tan compleja como es la Medicina. Con lo anterior también se nos olvida la importancia que tiene el ser médico no sólo en el hecho de curar enfermedades sino en el ser partícipe del mejoramiento de su entorno social.
Si leemos libros de médicos de antaño o alguna película de “época” observamos como es que el médico jugaba un papel importante en la sociedad, se decía que la bata blanca tenía mucho peso. Pues bien, hoy en día como profesionistas, nos hemos enfrascado en nuestro trabajo y si somos especialistas tal vez únicamente en el órgano/sistema/enfermedad que nos atañe y nada más. Pero esto no es un problema únicamente de los galenos o quienes trabajamos con la salud, podemos ver que los arquitectos se enfrascan en sus planos, en el AutoCAD y ya. Los abogados, cada uno en su rama, únicamente en el manejo de las situaciones legales de sus clientes. El albañil en colocar los tabiques que se le indicaron y el plomero en solucionar la fuga por la que se le llamó. Lejos ha quedado ya el sentido de servicio, únicamente tenemos el primitivo instinto de la supervivencia.
¿Por qué no sonreír? ¿Por qué no provocar una sonrisa en el de junto? Es ahí a donde quería llegar, hace poco platicaba con alguien y le decía que bien valía la pena hacer todo por una persona si de ella se obtenía su sonrisa. Podría parecer algo romántico, incluso bastante fantasioso, ya decía yo renglones atrás que todos necesitamos recibir un sueldo para vivir, pero definitivamente siempre será mejor conseguir que alguien utilice sus músculos risorios y dibuje una arcada en sus mejillas.
Al lograr que alguien olvide sus penas y hacerle reír, te dice a ti que lo conseguiste, que has conquistado su atención al menos un segundo, que lo que tú mencionaste fue más importante que cualquier problema que pudiera tener aunque fuera por un instante, y que ese momento le hizo sentir bien. ¿A caso eso no es suficiente para elevar nuestro ego? Obviamente es más, si de quien se logra la sonrisa es alguien especial para uno, ya sea un amigo, un hermano o la niña de sus ojos. Pero en realidad, lo que es un verdadero reto es conseguirlo de un desconocido, los invito a tratar de lograrlo, verán que cuando conquistas una sonrisa, no solo mejoran el día de otro, cambian su propia existencia.
Es por ello que si quieren un tip para que les vaya bien en la vida, les invito a procurar recibir a quien sea con una sonrisa, tratar de dibujarla aunque el panorama para ellos o para ustedes esté obscuro, verán que con una sonrisa pueden conseguirlo todo, incluso, curar enfermos.
Dedicado a quien su sonrisa me inspira cada mañana al despertar y me arrulla por las noches. A quien con su sonrisa me conquisto y que con ella consigue todo.