Mientras usted lee esta columna yo me encuentro viajando de regreso a Aguascalientes tras un maravilloso, necesario y efímero período de vacaciones en el estado de Yucatán.
Rodeado de maravillosos paisajes, tanto citadinos como naturales, la calidez de su gente y las delicias de sus platillos me doy cuenta nuevamente que en nuestro país tenemos todo para salir adelante, pero no lo hacemos ¿por qué?
En definitiva la respuesta está en nosotros. Durante años hemos vivido quejándonos del gobierno y justificando nuestro fracaso en quienes nos gobiernan, pero ellos no son más que reflejo de lo que nosotros queremos y hacemos.
Si no exigimos buenas escuelas y maestros preparados, Elba Esther seguirá decidiendo lo que se deba o más bien lo que no se deba estudiar en las escuelas. Pero vamos no solo será culpa de la maestra, ¿qué hay de nuestro bajo nivel de lectura?
La riqueza cultural albergada en nuestro país es vastísima y la estamos condenando a la extinción, gracias a nuestra persistencia en el mínimo esfuerzo, la búsqueda constante de perfectos pretextos y el paternalismo esperado y buscado en nuestros gobernantes.
Es obvio que quienes toman las decisiones sobre el rumbo de nuestro país frecuentemente dejan en el olvido la educación o la producción de nuevos conocimientos, la generación de tecnología etc. Pero nosotros como mexicanos ¿Qué estamos haciendo?
Durante mi paseo por la reserva de Celestun iban junto con nosotros una pareja procedente de Israel quienes se encontraban sorprendidos por las maravillas naturales que teníamos frente a nosotros comprendida por una impresionante variedad de aves migratorias (a pesar de no ser la época idónea para su observación), miles de especies de plantas y aunque no los vimos a detalle no puedo imaginar los cientos de insectos, crustáceos, reptiles, etc. etc.
También estaban admirados por la calidez de Eduardo nuestro ‘capitán’, a su exquisito sonsonete que transmite paz y a su muy peculiar forma de ver la vida, y que lejos de lo que pensaríamos, ahí en el último rincón del país, en medio de la selva, este hombre comprende más de la naturaleza, del comportamiento del clima y de la alimentación de las aves y un largo etc.
¿Cómo logró Eduardo conseguir ese conocimiento? Sin duda la transmisión boca a boca fue importante, pero aun más una gran capacidad de observación que parece en general hemos perdido, nuestra capacidad de asombro ha sido abolida y ahí en una pseudo aislada población donde la tecnología parece haber llegado pero en una forma menos devastadora su población aun puede lograrlo.
Parecería paradójico que la tecnología fruto de la constante búsqueda del hombre por saber más, por crecer, sea quien sentencie a la humanidad a un retroceso, ¿será esto cierto? Personalmente no.
Si vemos otros países tecnológicamente más avanzados veremos que dentro de su población existe un porcentaje alto de personas interesadas en aprender y generar más. Que junto con sus gobiernos buscan el crecimiento de su país porque sus gobiernos representan lo que ellos buscan, es decir ¿Nuestro gobierno nos representa? Definitivamente.
Espero en serio, que como nación decidamos modificar nuestro sistema de vida, recuperemos la capacidad de asombro y aprendamos a explotar (que no es lo mismo que exterminar) las riquezas naturales e históricas que tememos. Dejemos atrás los paternalismos, aceptemos el reto de hacer crecer nuestro país.